¿Y si la crema que compras pudiese cambiar la vida de alguien?

Una piel más bonita y saludable para quien la usa; justicia, libertad y respeto para quien la produce. Esto es lo pretendemos conseguir con nuestros productos. En nuestra biocosmética de Comercio Justo, apostamos por los pequeños grupos productores de países en vías de desarrollo, a los que remuneran su trabajo de forma justa. Algo que tiene especial impacto en la vida de las mujeres, ya que la mayoría de estas cooperativas están íntegramente formadas por ellas y, al percibir un salario suficiente por su trabajo, pueden ser independientes y proporcionar un futuro digno a sus hijos.

Por ejemplo, uno de los ingredientes habituales que usamos es la manteca de karité y os compartimos un mensaje de la Señora Nan Yago, presidenta de la Unión de Productoras de karité de Léo en Burkina Faso.

La venta de manteca de karité nos permite ganar dinero para solucionar los problemas de la familia, la salud, la escolaridad de los niños, los huérfanos, y salir de la pobreza.

Así que, gracias a todos los que se animan a adquirir nuestros productos, juntos ponemos una semilla para hacer de este mundo un lugar mejor.