La línea BioBálsamo está basada en formulaciones históricas y tradicionales para tratar diversas afecciones de forma natural y eficaz. Productos elaborados con medios artesanales, en contacto con la naturaleza y la luz solar y utensilios naturales.
En nuestro primer biobálsamo hemos usado el nombre Nazaret para darle una vinculación espiritual y reconocida a lo que han sido los ungüentos a lo largo de la historia. En el interior de los templos existían verdaderos laboratorios, que posteriormente pasaron a los monasterios y conventos, y hasta los terapeutas de hoy día.
Los ungüentos se elaboraban con conciencia, había una implicación entre la vida, lo que se hacía, la tierra y sus frutos. La naturaleza era su farmacia, como sigue manteniendo la medicina alternativa. Se desarrollaban con amor y gratitud, pero también con técnica y con productos puros, quizás más de lo que hoy nos puede dar un aval de agricultura ecológica, y eso es lo que deseamos plasmar en esta línea y en todo lo que hacemos.
No nos conformamos con hacer una réplica de las formulaciones antiguas, sino que usamos los conocimientos actuales y las analíticas necesarias para buscar los ingredientes y aceites que tengan la proporción adecuada de principios activos garantizados, que nos permitan crear fórmulas armónicas, en las que sus componentes actúen en total sinergia para aumentar su capacidad de penetración en la piel y para los fines terapéuticos a los que se destinan. Es la gran diferencia de nuestra metodología Biodermoterapia®: hemos buscado cada ingrediente, cada aceite, que cumpliese con unos valores determinados de las moléculas específicas que lograban la sinergia, la sinfonía de todos los elementos al aplicarlos a la piel. Por eso al hablar de “nuestros aceites”, o “nuestros activos”, no nos referimos a uno genérico y con propiedades trasladadas de los libros de texto, hablamos de ingredientes únicos con propiedades específicas, que son reconocidos y asimilados por la piel.